Meteduras de Pata en la Cocina

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Desastres en la cocina con y sin Thermomix
Pequeños desastres en la cocina
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Muy buenos días gente increíble, bienvenidos un día más al blog hoy os traigo una publicación diferente, mis meteduras de pata en la cocina.

Tenía muchas ganas de escribir este blog y es que quien no haya metido alguna vez la pata en la cocina, que tire la primera piedra.

La idea me la dio una suscriptora, tras decirme que le encantaban mis recetas y que a mi me sale todo bien (un saludo guapa si estas leyendo esto).

Pues nada más lejos de la realidad. No señores, a mi no me sale todo bien, más quisiera yo. Lo que pasa es que cuando subo una receta al blog, ya ha sido probada varias veces y he constatado que da un buen resultado.

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Las que quedan mal o no me gusta tanto el aspecto o el sabor del plato, no las publico.

No obstante he pensado que sería divertido contaros algunas anécdotas sobre pequeños desastres que me han ocurrido para que podamos pasar todos un buen rato y reírnos un poco.

  1. HUEVTORTILLA:

Sí, no me he equivocado en el nombre. Así es como bautizamos mi marido y yo a los huevos fritos cuando nos vinimos a vivir a nuestra casa.

A principio tenía tanto miedo a quemarme con el aceite caliente, que intentaba echar el huevo desde todo lo alto que me daban los brazos y cuando llegaba a la sartén reventaba.

Después cambié de sistema y echaba el huevo con el aceite tibio, lo cual me daba mejor resultado, pero los explotaba sin querer al sacarlos.

En mi defensa diré que hoy por hoy me quedan los huevos fritos perfectos, pero mi trabajo me ha costado.

2. CENA SORPRESA:

Increíbles todos tenemos un pasado y yo no soy menos. Esta creo que ha sido mi mayor metedura de pata en uno de esos momentos en los que intentas quedar como una auténtica chef, os lo cuento desde el principio.

Era muy joven cuando esto me ocurrió. Yo todavía vivía con mis padres y mi ahora pareja me invitó a ir a su casa y preparar entre los dos una deliciosa comida.

Mi suegra tenía en su casa una Thermomix de las antiguas y conseguimos un plato de sabor espectacular, era pollo con salsa de almendras, realmente bueno.

Tanto me gustó que quise que mis padres también lo probaran y pensé en repetir la receta unas semanas después, pero esta vez en mi casa.

Mi madre por aquel entonces no tenía la Thermomix, pero tenía un robot de cocina que «al parecer» era muy similar.

Os pongo en situación: Mi madre, mi padre y mi actual pareja en el comedor y yo en la cocina, pongo la carne, lo programo el tiempo indicado y al acabar todo triturado (hasta los huesos).

La noche tampoco acabo tan mal, pedimos unas pizzas jeje.

3. VIGILA LO QUE COCINAS:

Es importante cuando estamos cocinando algo vigilar el fuego para que no se nos queme, pero es igual de importante vigilar lo que hemos cocinado una vez apagado el fuego.

Ahora entenderéis de lo que hablo. Era un día cualquiera en el que había invitado a mis suegros a casa a cenar. Ya tenía elegida la cena y pensé que de postre lo mejor sería hacer un bizcocho: rico, sencillo y rápido.

Una vez lo tenía hecho y ya se había templado, lo desmoldé y lo dejé en el banco de la cocina para que se acabara de enfriar mientras yo recogía el resto de la casa.

En uno de mis viajes a la cocina, descubrí a mi perro (un animalito que tiene vértigo y no levanta dos palmos del suelo), haciendo equilibrismo encima de la papelera y pellizcando pequeños bocados del bizcocho que estaba sobre el banco.

Lo bueno de esta historia es que por un momento mi perro supero el miedo a las alturas, el bizcocho merecía la pena.

4. LO DE LA SAL NO ES LO MÍO:

Creo que hay tres tipos de personas claros y diferenciados.

Por un lado están las personas a las que les encanta la sal y la utilizan como maracas en sus platos.

Luego están las personas que les gusta ponerse poca sal, bien sea porque les gusta así o porque se están cuidando.

Y por último está la gente como yo. SE ME OLVIDA PONER SAL. Sí, soy un desastre, menos mal que nosotros somos de poca sal, pero una cosa es poca y otra cosa es nada. 

¡La de veces que me he sentado en la mesa orgullosa de mi plato, de su aspecto, de su aroma, y cuando me le llevado la cuchara a la boca he pensado ups! la sal!

Menos mal que eso tiene fácil arreglo.

5. ME ENCANTA COCINAR PARA MIS VECINOS, AMIGOS Y FAMILIARES:

Soy incapaz de controlar las cantidades de lo que cocino, siempre hago de más. Y no porque no sepa cuanto debe de ser la ración por persona, sino más bien porque siempre pienso que mi familia va a venir con un hambre descomunal y pongo más por si acaso.

Pues los por si acasos hacen que en casa siempre sobre comida, aunque eso no es del todo malo, y menos si se puede aprovechar para comer otro día.

Y listo!! Espero que os hayan gustado mis pequeños desastres en la cocina.

Tengo muchos más pero creo que son suficientes para haberos hecho pasar un rato entretenido y para que entendáis que la cocina es sólo cuestión de práctica y que podemos conseguir lo que nos propongamos, para eso somos increíbles.

Gracias por estar aquí un día más y acompañarme en estos ratitos donde os cuento algunas cosillas sobre mi.

Si vosotros también habéis hecho algún desastre gracioso en la cocina y os apetece compartirlo, dejarlo aquí en comentarios para que todos nos podamos divertir.

Que tengáis un bonito día.

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